sábado, 9 de noviembre de 2013

Carámbano y la señora Paca hablan en francés


Malasaña, además de ser mujer y de llamarse Manuela.

Malasaña, además de ser hija de un panadero francés y de levantarse contra los franceses.

Malasaña, además de tener el ceño fruncido, debe ser un país imaginario, o una ciudad por construir.

En la ciudad de Malasaña hace muchos años que un jovenzuelo se tropezaba por sus esquinas de pan y se enredaba las piernas con los gatos que por allí se retorcían y le hablaban en francés.

Ahora ya no hay franceses contra los que levantarse. Los franceses, antes ufanos y enemigos, se convirtieron en personas sencillas, dulces y amables que, eso sí,  hablan un idioma raro, yo creo que deben hablar alemán o algo parecido.

Ahora en Malasaña, todas las noches se levanta la señora Paca. Mujer sencilla, dulce y amable que abre las puertas de su casita a todo caminante que por allí se deje caer. Con Carámbano no hizo una excepción.

Por ello Carámbano, también sencillo, dulce y amable decidió destilar unas gotitas de su temperatura congelada en la casita de la señora Paca. Buen lugar para reencuentros.

Este jueves, a pesar de que los jueves no existan, Carámbano deslizará, entre esquinas de pan y gatos enredados, un trocito de su esencia. Para que le vayan conociendo los franceses y el resto de la humanidad posible.


Media horita de Carámbano en una casita singular del madrileño barrio de Malasaña, que muy pronto será una ciudad, o un par de países. Sin levantamientos.


(J + S, noviembre 2013)


Café- Bar La Paca
C/ Valverde, 36 - Madrid-





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